lunes, 5 de octubre de 2009

¿AUTÉNTICO O REAL? por Elliot E.

  Elena y Jaime unieron sus vidas en Sagrado matrimonio hace apenas dos años. La joven, hija de inmigrantes ha pasado su infancia en el barrio de La Celsa. Jaime procede del barrio chino bracelonés. La unión ha dado ya su primer fruto en forma de hijo varón, al que han bautizado con el nombre de Juan Carlos en honor a su abuelo materno.
  Tras lograr que el retoño se rindiera al fin en los brazos de Morfeo, los progenirores observan embobados y con una sonrisa en los labios como el pequeño, incluso dormido, chupa y rechupa con verdadero ansia el sustituto en plástico del pezón materno.
  Les embarga una emoción profundamente real.
 ELENA: Aaaaaaaayyyy...!-suspira-. Parece mentira que hayamos sido capaces de hacer algo así nosotros solos...-mira a su marido con ternura-.
 JAIME: Tienes razón...-responde sin dejar de observar al pequeño-. Aunque nuestro trabajo nos costó...
ELENA: (Asintiendo con la cabeza) Oye Jaimitomío, hay que comprar más leche que ya...
JAIME: ¿Más leche? pero ¿ya no queda?.
ELENA: Uy! tú no sabes lo que traga éste...debe ser tradición familiar; en mi familia siempre fuímos muy glotones. Desde pequeños nos han acostumbrado a comer mucho...y bien.
JAIME: Así está de mayor, que se sale de la cuna!. Si lo ves esta mañana jugando en la bañera con el barquito-un hilillo de baba le resbala por la comisura de los labios- Qué bribón!.
ELENA: ¿A tí a quien se te parece?. Yo no le saco parecido...tiene la cara un poco rara , ¿no crees?.
JAIME: Mujer, date cuenta de que nosotros no somos precisamente "tops models"...
ELENA: TopModers no!, pero altos y bien parecidos...-dibuja en su rostro una mueca tan neutral como su rostro mismo-.
JAIME: Para mí que va a ser igual que tu padre, porque esta mañana le he dado el sonajero y me dice-poniendo voz pastosa-: Oye a qué botón se le da a esto?...
ELENA: Ji, ji, ji! no seaas tonto "Marichimío"...- Le pellizca suavemente la mejilla-.
JAIME: Por cierto ha llegado esta mañana una postal del amigo marroquí de tupadre.
ELENA: Ah, sí? Y qué decía?.
JAIME: Ya sabes que es de pocas palabras: enhorabuena, que nos imagina muy felices y todo eso...Ah!, termina la carta con un proverbio árabe de bienvenida al mundo. ¿Te lo leo?-dice extrayendo la misiva del bolsillo-.
ELENA: Sí, sí!!- ríe y da palmaditas nerviosas-.
JAIME: (carraspea) "Que la nueva persona herede la belleza de la madre, la inteligencia del padre y la facilidad de palabra del abuel".
  (Se miran entre sí muy serios).
ELENA: (preocupada) Jaime, tú crees que será un chico normal?
JAIME: Sí mujer, ya lo han dicho los médicos: dos brazos, dos ojos, dos piernas, sangre roja...como todo el mundo. Además, está bien crecido para tener solo catorce añitos...Note preocupes. Vivirá como un rey.
  (Se abrazan y vuelven la vista hacia el niño, que continúa succionando el chopete con tesón).

  Jaime y Elena, han sido sin saberlo, unas nuevas víctimas de la experimentación genética. Si el progreso tiene que hacernos pasar por hechos como éste, más valdría que nadie hubiese inventado la rueda jamás. Rueda que, desgraciadamente, continúa girando sin cesar.


Publicado en el número 3 de El Candirú.

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